El Principado en el corazón de la Costa Azul

¿Visitar tres países en un día? Desde Mónaco, ¡es posible! A diez kilómetros del Principado, Menton muestra sus coloridas fachadas y sus calles peatonales repletas de tiendas y restaurantes. Todos los años, la ciudad se anima con la famosa Fiesta del Limón, una explosión de colores y aromas que celebra este emblemático cítrico en un marco espectacular. Italia está entonces a la vista, y la estación balnearia de Sanremo, con sus animados mercados y su elegante encanto, es la escala perfecta para una escapada transalpina por la costa mediterránea.

Al oeste de Mónaco, la Costa Azul cuenta con una serie de ciudades y pueblos legendarios. En Saint-Jean-Cap-Ferrat, la Villa Ephrussi de Rothschild, enclavada en una sublime península, es una obra maestra arquitectónica rodeada de nueve magníficos jardines temáticos. Niza, con su Promenade des Anglais, también alberga el Museo Matisse, un vibrante homenaje al maestro del fauvismo, enclavado en un entorno de olivos centenarios. Antibes y su casco antiguo medieval albergan el Museo Picasso, donde obras del célebre artista interactúan con los impactantes panoramas de la costa. Cannes, mundialmente conocida por su prestigioso Festival, hace brillar la Croisette con una elegancia y una efervescencia artística incomparables. Y, por supuesto, Saint-Tropez y su puerto deportivo siguen asombrando con su encanto intemporal.

En el interior, los pueblos de las colinas cuentan la historia de una Provenza elegante y virgen. La Turbie y su pasado romano vigilan Mónaco, ofreciendo vistas panorámicas de Mónaco y la costa. Considerado el pueblo costero más alto de Europa, Sainte-Agnès se eleva 800 metros sobre Menton e Italia. Un poco más lejos, Eze despliega sus calles empedradas y sus excepcionales establecimientos con vistas al Mediterráneo, mientras que Saint-Paul de Vence, con alma de artista, alberga la prestigiosa Fundación Maeght, dedicada al arte moderno y contemporáneo, en un encantador entorno natural.

La región también cuenta con numerosos tesoros naturales. El Parque Nacional del Mercantour y su Vallée des Merveilles -llamado así con acierto- revelan paisajes salvajes y fascinantes. Las gargantas del Verdon, el mayor cañón de Europa, son un verdadero paraíso para los deportistas y ofrecen un cambio de aires impresionante. Frente a la costa de Cannes, las islas Lérins son un pequeño paraíso de aguas cristalinas y fauna y flora intactas para disfrutar de momentos de relax únicos. Por último, elEstérel es un macizo ocre que se sumerge en el Mediterráneo. Una mezcla de colores excepcional para paseos acuáticos y terrestres inolvidables.

La Costa Azul también se mide por sus senderos costeros. De Roquebrune-Cap-Martin a Cap d'Antibes, pasando por Cap d'Ail y Saint-Jean-Cap-Ferrat, estos senderos señalizados ofrecen panoramas impresionantes en un marco natural incomparable.

Del oro azul al oro blanco sólo hay un paso. A una hora y media en coche de Mónaco, varias estaciones de esquí ofrecen pistas nevadas en un marco incomparable. Valberg, Auron, Isola 2000, Limone y La Colmiane ofrecen experiencias inolvidables tanto en invierno como en verano.